jueves, 1 de noviembre de 2012

#Especial 180

¿Lo oyes... No?
Es el sonido de la naturaleza, la que tiene el trabajo de mantenerla sana.

¿Lo escuchas?
Salpica contra tu ventana, dejando que su dimensión se libere, empequeñeciéndose. Mojando los cristales.

¿Puedes sentirlo?
Su frescura, su pureza. Tan brillante como la luz del Sol. 

¿Lo puedes adivinar?
Imagina por un momento que cae por tu frente... Se desliza por el puente de tu nariz hasta caer en la comisura de tus labios, lentamente se deja caer en su piel salpicándolos de frescura.


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